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                 LA PUNTILLA DE LOS NOVIOS

 

 

 

Hace unos 150 años atrás, cuando Las Hijuelas no era más que unos cuantos caseríos que bordeaban el río Aconcagua, sucedió un hecho que alborotó a la pequeña población.

 Se dice que en el Sector de Romeral con Punta de Torrejón, existía un viejo terrateniente dueño de las tierras que estaban entre la puntilla del río y el límite con Catemu.

 De este hacendado era poco lo que se sabía, había aparecido una noche en un coche tirado por 6 caballos negros. Se instaló en estas tierras y de la noche a la mañana apareció como único dueño y señor.

 Muy pronto su mala fama corrió como las aguas del río, ya que se sabía que  explotaba a sus trabajadores, que les daba de latigazos y que muchas veces había abusado de las mozas del lugar.

 Este hombre viejo, adinerado, malvado y cruel se enamoró de la hija de uno de sus inquilinos, una joven muy nombrada por su belleza y virtudes.

 Mientras la joven se oponía a sus requerimientos, día a día, más aumentaba la pasión del viejo, hasta que un día mandó buscar al padre de la joven y lo obligó a recibir dos bolsas con monedas de oro, de lo contrario lo mataría a él  y  a toda su familia.

 De regreso a su choza el padre le contó lo que pasaba a su familia y decidieron escapar; pero existían problemas, ya estaba oscureciendo y el pueblo quedaba muy lejos, lo otro eran los centinelas del fundo que estaban día y noche apostados en el camino que bordeaba el río, decidieron quedarse esa noche y de madrugada escapar con la hija por los cerros.

Enterada la joven de lo que sucedía y sin que sus padres lo supieran, mandó llamar a su enamorado, un joven trabajador del fundo, éste joven aparte de ser buen mozo, era muy astuto, y esa noche convenció al patrón para que lo pusiera de centinela, y así sucedió, luego convenció a los otros jóvenes guardianes y fueron a la casa patronal y se robaron el coche con los 6 caballos; de pasada se llevaron a la joven y se vinieron en una alegre comparsa de novios, camino a la iglesia de Hijuelas.

 Cerca de medianoche llegaron donde el camino tiene una curva muy pronunciada y está muy alto en relación a la ribera del río; venían muy rápido, para llegar antes que el viejo hacendado se diera cuenta del robo del coche y de la muchacha; en esos momentos lo único que podía salvarlos era el matrimonio en la iglesia, así el viejo ya no podría llevarse a su casa a la muchacha.

 Dicen que la alegre comparsa, corría y corría en el coche y los acompañantes a caballo, y al llegar a la vuelta de la Puntilla , salió un perro negro y grande que se paró frente a los caballos con los ojos como fuego.

 Los caballos se espantaron y el coche con los novios cayó al río y murieron ahogados.

 Se dice desde aquel entonces que el viejo hacendado tenía pacto con satanás y que éste lo ayudó a transformarse en el perro que espantó el coche e impidió la boda.

 Tiempo después se supo, que las parejas de enamorados que acudían a la Puntilla a tomar aire o de paseo pedían allí sus deseos y se les cumplían, ya que los novios que no pudieran concretar sus ilusiones, concedían a los demás la felicidad que ellos no tuvieron. Desde aquellos años “La Puntilla de los Novios” es un lugar frecuentado por los jóvenes enamorados de la comuna de Hijuelas.

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