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EL TRUEQUE

 

Siguiendo el camino de Purutún hacia los cerros nos encontramos con un hermoso lugar: Una quebrada cercada en ambos lados por peumos, lotos y bellotos.

 

En algunas de sus partes el agua corre silenciosa por las piedras para luego formar pozas; que en verano sirven a las personas que acuden a este lugar a vacacionar. Y en invierno extasiarse mirándolas haciendo volar el pensamiento ante la claridad y pureza del agua.

 

Cuentan que los cerros que la coronan fueron ricos en oro y puede decirse que por esto lleva tan especial nombre: “La Quebrada del Cura”.

 

Se habla de un cura español llegado a Chile con los conquistadores; dueño de una gran ambición, como todos los extranjeros que vienen a estas tierras, se enteró de la existencia de oro y que eran indios quienes lo explotaban; así es que por medio de trueques o lisa y llanamente engaño, subía a buscarlo en su burrito y a su regreso bajaba con el oro que escondía en algún lugar del Valle del Purutún. Esto llegó a oídos de maleantes que decidieron robarle su fortuna.

 

Una noche lo esperaban en un sector de la quebrada; lo emboscaron quitándole todo lo que traía.

 

No conforme con esto quisieron que les dijera dónde tenía escondido el resto del oro que les trocaba a los indígenas; pero se negó a decirles la ubicación. La paliza propinada en un comienzo para que hablara se tornó más violenta a raíz de su negativa a entregar la información; la intensidad de la golpiza ascendió hasta darle muerte, no contento con esto le cortaron la cabeza.

 

Se dice que la cabeza no fue  dejada junto al cuerpo; así es que se le debió enterrar sin ella; y desde ese día se le ha visto vagar por la Quebrada sin su cabeza. Cuentan que la busca y el día que la encuentre dejará de errar y descansará en paz.

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